La imposición del hermano menor de José Ottavis como primer concejal del FPV de San Isidro generó revuelo en el peronismo local, que va con el funcionario sciolista Santiago Cafiero como candidato a intendente.

En un distrito gobernado durante años por el vecinalista radical Gustavo Posse, ahora aliado al PRO, el peronismo tiene muy poco lugar, tanto en el juego político como en la consideración de los vecinos; aún así, no pierde sus típicas rencillas internas.

Cafiero, nieto del histórico referente justicialista de la Primera Sección, relanzó su candidatura esta semana acompañado por el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey. La unidad llegó luego de proscribir a otro candidato y tras acordar con La Cámpora. 

Al sector peronista minoritario que encabeza Carlos Hurst, un dirigente que supo tener poder y quien llegó incluso a pelearle cabeza a cabeza una elección a Melchor Posse, casi lo dejan afuera de la elección.

Primero le impugnaron la lista. Luego de que recusara la baja, se la aceptaron pero lo condenaron a ir con boleta corta. Es decir, no le permiten colgarse ni de Daniel Scioli ni de los dos candidatos a gobernador. Conclusión: su participación en las PASO es casi testimonial, como para despuntar el vicio.

“Santiago y sus socios de La Cámpora decidieron proscribir nuestra lista de las elecciones PASO para elegir candidato a Intendente y concejales en San Isidro, haciendo desaparecer nuestras planillas de avales presentados en la Junta Electoral del FPV”, tiró Hurst furioso cuando lo habían borrado. 

Y ahora recriminó que “la idea de darnos la boleta corta fue con la intencionalidad de perjudicarnos”, aunque aceptó competir igual.  

El acuerdo entre Cafiero y La Cámpora, especialmente con José Ottavis que es oriundo de la zona, se expresa en el primer lugar de la lista. La candidatura de Juan Ottavis logró desarmar una línea al peronismo tradicional. El camporista no tiene tradición militante en el distrito, aunque desde el año pasado reforzó su armado con herramientas de campaña del Gobierno. 

La relación con las estructuras tradicionales del peronismo es tensa. Tanto, que hasta hace un mes el menor de los Ottavis sonaba como un contrincante interno de Cafiero.

Su custodio es Marcelo Kaspar, ladero de José Ottavis y uno de los espías propuestos por el Gobierno para integrar la nueva Agencia Federal de Inteligencia Nacional. 

Recién segundo, Cafiero logró meter a un dirigente suyo, Fabian Brest, una de sus manos derechas. La nómina la completan con dirigentes del territorio.

Además de esa primera pulseada en la lista, ya resuelta aunque aún dando coletazos, ahora la pelea es por el apoyo a los candidatos a gobernador.

Mientras Cafiero está jugado de lleno con Julián Domínguez, el sector mayoritario de La Cámpora con cargos en el sector del Ministerio de Desarrollo Social son cercanos al Nuevo Encuentro de Martín Sabbatella.

Cafiero hizo foto con Domínguez este mes y se tiraron elogios. José Ottavis, que juega a dos puntas entre La Cámpora y el sciolismo, no se pronunció por la interna, pero en todo caso el problema del candidato a intendente es con el otro sector camporista, que apoya a Aníbal Fernández y aseguran que defenderán su boleta.